Entrevista a Olga Acosta

Colección Memorias de familiares de detenidos y desaparecidos de Córdoba



Nació en 1950 en La cumbre, departamento punilla. Su padre trabajaba en la municipalidad de esta localidad, él era peronista y fue detenido durante la Revolución Libertadora; su madre era ama de casa. Eran 4 hermanos. Iban a un colegio de monjas.
Recordó que tuvo una niñez muy feliz. En 1957 se fueron a vivir a Córdoba, escapando de la condena social, del pueblo de la cumbre, a su padre por haber estado preso. En esta ciudad su padre empezó a trabajar en la fabrica FIAT. Vivieron en barrio Oña.
Narró cómo fueron esos años con su padre detenido.
En Córdoba comenzó a participar en un grupo parroquial; Angelelli le daba las clases de catecismo y también participó en la iglesia del cura Vasco.
A ella la movilizaba la lucha contra la injusticia y la formación religiosa la contenía en esta consigna. Por ello empezó a trabajar en las villas de la bajada Pucará, dando catecismo y clases particulares.
Contó cómo era Angelelli y qué eran las comunidades cristianas.
Durante la juventud leían libros de política y escuchaban música nacional solamente. Comentó que le gustaban las guitarreadas y las juntadas con amigos donde se conversaba hasta el amanecer.
Después del Cordobazo comenzó a militar en la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Recordó el Cordobazo. Ella estaba en el Centro trabajando en un estudio jurídico.
Reflexionó sobre el peronismo, los dirigentes peronistas y las criticas que ella tenía. Sin embargo, creía que el peronismo era la única vía que tenía el pueblo para llegar al cambio social.
En 1971 conoció a Miguel Mozé “El Chicato”. Él había comenzado a trabajar en barrio Oña donde trabajaba Olga, y al tiempo se pusieron de novios. Contó qué le gustó de Miguel, cómo era la relación que tenían, el lugar que le daban a la política.
En 1972 la situación política se volvió más complicada, desde su punto de vista, por el aumento de la persecución y acordaron entre los dos que ella dejara de militar.
Contó cómo era la vida cotidiana y las relaciones sentimentales atravesadas por la política, el lugar que tenían las mujeres en la militancia.
“Chicato” militaba orgánicamente en Montoneros. Reflexionó sobre la lucha armada.
En 1973 Olga quedó embarazada de Martin, el hijo que tienen juntos. Contó que Chicato estuvo poco tiempo con ella, ya que estaba ocupado en el retorno de Perón y el gobierno de Cámpora. Relató cómo fue ser madre en estas circunstancias.
Recordó cómo fue el día del nacimiento de su hijo y por qué le puso el apellido materno a su hijo.
Cuando a Chicato lo metieron preso, en 1975, Olga fue a visitarlo a la cárcel para que el viera y compartiera con su hijo; fue ahí donde él le dijo que no fuera más porque estaba seguro que lo iban a matar. En la despedida le puso en el pañal de su hijo una carta que después sirvió para el juicio de filiación de Martin. Recordó que 1974 fue el año más triste y difícil para ellos.
Comentó que al mes de que lo secuestran a Miguel, la secuestran a su hermana pensando que era la mujer de su compañero.
Olga trabajaba en el Ministerio de Educación donde no podía decir nada de su situación, señaló que la única vía que encontraba para desahogarse era escribiendo.
Una mañana en su trabajo, leyendo el diario se enteró que habían matado a su compañero; el titulo era “Abatieron a extremistas”. Recordó la impotencia en su trabajo de no poder hacer ni decir nada.
Habló de la delación.
Después del asesinato de Miguel los allanamientos a su casa se intensificaron.
Relató cómo era la vida cotidiana en su trabajo durante el terrorismo de Estado.
En 1983 la eligieron delegada en la administración pública. Analizó que fue tan perseguida por los militares como por los radicales.
Cuando su hijo Martin comenzó a ir al jardín, empezó a preguntar por su padre. Olga relató cómo ella fue contándole de a poco la historia de Chicato; recordó que le recalcaba que no podía decir nada a nadie. Habló de cómo fue el proceso de su hijo en relación a su historia.
Contó que la relación con la familia de Miguel nunca fue buena, excepto con la madre de él.
Olga nunca participó de los organismos de Derechos Humanos; explicó por qué.
Nunca volvió a formar pareja.
En 2009 se llevó adelante el juicio de filiación para darle el apellido paterno a Martin y para ella a partir de ese momento es cuando cae en la cuenta que Miguel estaba muerto. Reflexionó sobre el juicio de filiación de su hijo.
Recordó que hace dos años fue al cementerio a visitar la tumba de su compañero. Narró ese momento.
Habló sobre qué le gustaría que fueran los espacios de memoria.