Desde los Sitios de Memoria de Córdoba entendemos la memoria como un proceso activo que agrega valor y contribuye a la transformación del mundo social en el presente. En este camino una herramienta fundamental para la transmisión de nuestra historia reciente es el arte y la ciudad como escenario. En ellos nos apoyamos para provocar las preguntas que nos permiten interrogar el pasado y su relación con la Córdoba y el país de hoy.
No hay una sola forma de hacer (re)presentar los hechos que dejaron huellas imborrables en nuestra historia. Tzvetan Todorov reflexiona que "el acontecimiento recuperado puede ser leído de manera literal o de manera ejemplar". Esta última permite al grupo la posibilidad de discutir los criterios de selección y construcción del relato. La memoria ejemplar tiene un potencial liberador que tiene como fin establecer lecciones que orienten el futuro. Así, indagando en acciones éticas, políticas, culturales, sociales; se busca integrar los hechos del pasado con los del presente.
Al crear nuevas marcas sobre las calles y las paredes se inscribe no sólo un discurso sobre el pasado en el presente sino además, un discurso sobre el futuro. El futuro está lleno de memoria, no está vacío; lo que hagamos de él estará en parte vinculado con el modo en que comprendamos lo ya acontecido, en nuestro caso las experiencias de la última dictadura argentina.
Estas huellas realizadas son marcas artísticas que se asientan sobre las paredes y pisos de Córdoba. En el caso de los diseños elegidos para ser realizados sobre la ciudad se trata de inscripciones nuevas sobre cuerpos que ya tienen una carga simbólica. Y este arte no se refieren únicamente a las personas o los hechos más conocidos que constituyen nuestra historia reciente, sino también de las distintas formas de resistencias, de luchas, de vidas que llevaron adelante todos los ciudadanos que atravesaron una época en constante tensión.
En sí mismas estas intervenciones al modificar muros o suelos, al representar el hecho pasado, con lenguajes, formas y estéticas del presente buscan seguir escribiendo, interpretando y enriqueciendo una parte de la narración histórica que constituye la identidad y la memoria cordobesa.