Cerramos el año encendiendo una nueva luz en nuestro Memorial de las Luciérnagas, homenaje a la búsqueda incansable que Abuelas de Plaza de Mayo lleva adelante. Cada lamparita que se prende simboliza la aparición de un nieto o nieta que recupera su identidad biológica. Cada lamparita vacía son los nietos que faltan e impulsan a seguir luchando con la firme esperanza de encontrarlos. Cada luz que se prende también nos recuerda la delicada pero potente luz de las luciérnagas que, en su intermitencia, provoca esperanza y nos muestra que la destrucción no es nunca absoluta.