La Comisión Provincial de la Memoria, expresa su más enérgico repudio por los hechos acontecidos el fin de semana pasado en el barrio comunitario “Parque Esperanza” de la localidad de Juárez Celman, con el violento e inhumano desalojo de 120 familias de un predio en el que vivían desde hace cuatro años, en un intento de cristalizar para ellos y sus hijos el derecho a un hábitat digno.
Este brutal procedimiento se realizó con un inusitado nivel de violencia, con el plus del derrumbe de las casas mediante topadoras y la quema de los restos de las pertenencias de las familias, que quedaron desamparadas y a la fría intemperie, con un estado ausente que no puso en marcha ningún dispositivo para la contención y auxilio a las familias desplazadas, y sobre todo de la gran cantidad de niños que fueron testigos de tan dramáticos sucesos.
Ante el gigantesco operativo, que comenzó el viernes a la mañana, con el despliegue de una enorme cantidad de policías y el cercado perimetral del predio, se acercaron legisladores y miembros de los organismos de derechos humanos a fin de impedir la vulneración de derechos y garantías, pero lejos de poder hacerlo, varios de ellos fueron víctimas, al igual que hombres, mujeres y niños de la comunidad, del uso excesivo de fuerza, por parte de la Policía de la Provincia.
Ante estos hechos, exigimos al gobierno provincial y el auxilio inmediato a las familias que lo perdieron todo, y hoy continúan pernoctando en la capilla de la zona; exigimos además la apertura de una mesa de diálogo donde el estado provincial, las familias desalojadas y distintos estamentos de la sociedad, puedan establecer una comunicación franca y directa, para encontrar una solución habitacional real y digna para las 120 familias de barrio comunitario “Parque Esperanza”.
Denunciamos lo sucedido, y exigimos a las autoridades provinciales y a las municipales de Juárez Celman el respeto y la plena vigencia de los derechos y garantías que establece nuestra constitución, porque creemos que esta es la única forma de fortalecer el sistema democrático, sin el cual se hace imposible el sostenimiento del imperativo categórico NUNCA MAS.