La implementación de la represión ilegal en Córdoba comenzó con anterioridad al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, mediante un golpe policial que derrocó al gobierno constitucional de la provincia, conocido como Navarrazo. A partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, la maquinaria de exterminio se perfeccionó y se profundizó en consonancia con lo que sucedía en el plano nacional. El Estado terrorista implantó un tipo de represión clandestina que, mediante la persecución política, el secuestro, la desaparición de personas, la creación de centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, instaló el terror generalizado en toda la población. El terror como método, logró un una desarticulación de cualquier forma de oposición, dejando profundas marcas en nuestra sociedad.