El Diario del Juicio, el periódico Será Justicia y la Cadena para la Condena
En mayo de 2008 con el primer juicio de lesa humanidad en Córdoba, los organismos de derechos humanos asumieron el desafío de desarrollar una comunicación propia que lograra dar cuenta de la trascendencia jurídica, política y humana de lo que sucede en estos procesos judiciales. El resultado fue una variada y sostenida experiencia de producciones periodísticas y de comunicación popular, en soporte gráfico, digital y radial, donde el compromiso militante se conjugó con el rigor profesional.
Al trabajo de investigación y aporte de datos a la Justicia se sumó, con la misma importancia, la trasmisión y difusión de estos juicios. No sólo para informar a la sociedad cordobesa que en los Tribunales Federales de Córdoba se estaba juzgando el terrorismo de Estado, sino también transmitir el sentido que adquirían los juicios treinta años después de los hechos. En esa tarea se partió de la premisa de que el juicio cobraba sentido en tanto fuera apropiado por la sociedad. El proceso judicial iba a significar una instancia reparadora en lo social mientras lograra salir a las calles. Y para esto, era necesario reflexionar sobre los medios de comunicación, portavoces de la información y la construcción del sentido común.
El primer juicio de lesa humanidad estuvo marcado por la importancia de tener a Luciano Benjamín Menéndez –ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército– sentado en el banquillo de acusados. También por trasmitir las terribles violaciones cometidos en los centros clandestinos de detención que se escucharon a través de los testimonios en las audiencias. Cuatro años más tarde, la megacausa La Perla – La Ribera – D2 permitió, no solo mostrar la magnitud y dimensión del Estado terrorista sino también contar las historias de vida de las víctimas como sujetos políticos. Contextualizar en qué marco se realizaron estos crímenes, así como desentrañar y dar a conocer la lógica de las persecuciones y asesinatos; la extensión del circuito represivo; las vejaciones y torturas como metodología sistemática de destrucción de las personas consideradas enemigas; los delitos sexuales y la apropiación de menores.
El desafío comunicacional fue poder disputar el sentido de esas verdades y trasmitirlo sin la lógica mediática, muchas veces amarillista y morbosa, destinada a generar empatía con los sufrimientos de las víctimas y sus familias, pero despojada de la dimensión política de los crímenes. Los organismos de derechos humanos, fieles a su forma de lucha, se lanzaron al desafío de proponer nuevos caminos. No se resignaron a que la trasmisión, difusión y visibilidad de las audiencias quedaran atadas a las dinámicas mediáticas de los grandes medios de información, sino que crearon y sostuvieron sus propios medios de comunicación, los cuales se transforman en fuente de información, así como en medios alternativos que posibilitaron otras lecturas sobre éstos juicios, con la intención de generar reflexiones políticas sobre lo que en la megacausa se condenó, no sólo en lo jurídico sino también en esa inmensa calle que el 25 de agosto de 2016 gritó Nunca Más; así como reflexiones éticas sobre cómo difundir las atrocidades y violaciones a la dignidad humana como parte de un plan sistemático implementado no sólo desde un Estado terrorista, en manos de funcionarios militares y policiales ya condenados como autores de los delitos de “privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados, homicidios calificados, sustracción de menor y/o tormentos seguidos de muerte, sino por los sectores poderosos de la sociedad civil, con el fin de eliminar la posibilidad de un pueblo de cuestionar y cambiar las injusticias políticas, económicas y sociales.
¿A qué le decimos nunca más? ¿Qué sentidos tienen las palabras de las viejas, símbolos de la lucha, como Emi D’Ambra (Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba) y Sonia Torres (Abuelas de Plaza Mayo Córdoba), más allá mostrar su fortaleza, amor y valentía?. A 40 años del golpe cívico-militar, lo importante radica en poder leer no sólo cómo fueron perseguidas, secuestradas, torturadas y asesinadas las personas que pasaron por los centros clandestinos de detención, sino también por qué. El desafío de los comunicadores estuvo en lograr salir de la reproducción del horror despojado de lo político.
“El juicio es de todos” no fue sólo una consigna comunicacional convocante. La dictadura nos atravesó a todos, no sólo a las víctimas directas. El plan económico que se instauró, a costa de todas esas muertes, nos atravesó a todos. La represión cultural nos atravesó a todos. La conformación de la corporación mediática que hoy sufrimos nos atravesó a todos.
En este sentido, la cobertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad contó con experiencias nacidas y producidas desde los Organismos de Derechos Humanos, y del trabajo de organizaciones que construyen la comunicación popular y alternativa.
El Diario del Juicio: un periódico digital
El Diario del Juicio fue una iniciativa de la organización H.I.J.O.S. -Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio- Regional Córdoba. Fue concebido como una herramienta que permitiese visibilizar el primer juicio histórico que tuvo lugar en nuestra provincia entre el 27 de mayo y el 24 de julio de 2008.
Ante la magnitud del acontecimiento, largamente esperado por nuestra sociedad, desde H.I.J.O.S. se propuso generar una herramienta que permitiese a cualquier interesado, en cualquier lugar del mundo, seguir día a día el desarrollo de ese proceso. Cabe destacar, que si bien era un juicio oral y público, el Tribunal prohibió la captura de imágenes y audios de las instancias testimoniales. En este sentido, la función social que cumplió el portal fue aún mayor, ya que era uno de los pocos medios que posibilitaba seguir el juicio cotidianamente.
Si bien H.I.J.O.S. impulsó y coordinó la publicación, ésta no hubiese sido posible sin el valioso aporte de periodistas y distintos referentes locales que sumaron sus crónicas y opiniones para enriquecer los contenidos del portal.
A partir de esa experiencia, El Diario del Juicio, siguió en todos los juicios por crímenes de lesa humanidad desarrollados en Córdoba. Durante el desarrollo de la megacausa La Perla - La Ribera – D2, este medio presenció todas las audiencias, relató cada uno de los testimonios, trasmitió en vivo los alegatos, y contó con notas de opinión. A lo largo de las 354 jornadas de audiencia, el sitio se convirtió en una fuente de información para periodistas, víctimas del terrorismo de Estado exiliadas en otros países, familiares de víctimas y público en general. El registro estadístico indica ingresos de diez países distintos. Una vez concluido, se decidió dejar el sitio en la web. Si bien no tiene más actualizaciones, aún mantiene un importante nivel de visitas, siendo utilizado incluso por ámbitos académicos como material educativo.
Será Justicia: un medio gráfico de derechos humanos
En el contexto del debate sobre cómo comunicar a la sociedad la dimensión política, histórica y testimonial de lo que ocurría en los juicios de lesa humanidad, nació en 2008 el diario Será Justicia, de la mano de experiencias de comunicación que ya venían desarrollando H.I.J.O.S y Familiares. Con el propósito de realizar una cobertura de los juicios distinta a la de los grandes medios privados y hegemónicos, se apostó por un periodismo especializado en derechos humanos.
Será Justicia no es un periódico convencional. Detrás de él existen organizaciones de derechos humanos que apuestan por un proyecto de comunicación a gran escala. El trabajo se completa con un staff formado por una generación joven de profesionales de la comunicación que trabajan en la producción del diario. A través de este esquema de producción mixta –entre Familiares y un staff periodístico– se logró realizar la cobertura de todos los juicios de lesa humanidad que se desarrollaron en la provincia. El mayor desafío llegaría con la cobertura de la megacausa La Perla – La Ribera – D2, hasta ahora el proceso más grande de la historia judicial de Córdoba.
La salida de un periódico de tirada masiva y sin fines de lucro implicó generar un esquema de financiamiento solvente que pudiera contener las exigencias de un medio de estas características. Será Justicia no hubiera sido posible sin el trabajo mancomunado con los demás organismos de derechos humanos, como tampoco sin el apoyo económico de organizaciones de la sociedad, como las entidades sindicales de Córdoba.
Esto le da al periódico, hasta el día de hoy, un espíritu de producción colectiva. La oportunidad de relatar uno de los juicios más grandes de lesa humanidad del mundo se complementó con la inclusión en el diario de artículos y análisis de mayor complejidad. La agenda pensada inicialmente para la cobertura de los juicios audiencia tras audiencia, amplió su abanico hacia una agenda actual de los derechos humanos en Córdoba y el país.
La culminación de la megacausa el 25 de agosto de 2016 significó el final, provisorio, de la tirada de Será Justicia. Los nuevos juicios que investiguen el terrorismo de Estado traerán el desafío de volver a pensar en cómo comunicar, ya que aquel interrogante inicial regresa con cada nuevo juicio. Cómo narrar el horror, cómo abarcar la dimensión histórica, política y social de los hechos ocurridos durante el terrorismo de Estado. Cómo trabajar minuciosamente lo judicial. Cómo contar los juicios. Cuando llegue el momento será, una vez más, una tarea de espíritu colectivo.
Tomar la palabra: Cadena para la Condena
El día en que el Tribunal Oral Federal N°1 leyó la sentencia de la megacausa, la comunicación comunitaria, universitaria, popular y ciudadana dijo presente. A partir del trabajo colectivo y colaborativo, desde el camión de transmisión de la Defensoría del Público de la Nación, más de 15 colectivos radiales y comunicacionales llevaron adelante una programación especial que se inició a las 9 de la mañana del 25 de agosto y finalizó dos horas después de la lectura de la sentencia.
Medios integrantes de distintas redes de comunicación comunitaria, universitaria o alternativas, como el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), la Asociación Mundial de Radio Comunitarias (AMARC), la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) y la Asociación de Radios Universitarias Nacionales (ARUNA), participaron de la movida a través de la Cadena para la Condena.
Con el apoyo de la red comunicativa de radio Etereogenia del Centro Cultural España Córdoba, se potenció la llegada a través de internet de la cobertura, relevando que durante las casi siete horas que duró la transmisión hubo cerca de 1789 conexiones con gente de 14 países: Colombia, Chile, Alemania, España, Italia, Brasil, Suecia, EE.UU, Perú, México, Canadá, Bolivia, Uruguay y Francia. Este conteo no contempla los oyentes de las radios involucradas directamente en la cobertura y sus respectivas direcciones web.
Además, un grupo de trabajo estuvo abocado a posicionar en redes sociales lo que suce-día en las calles y la sala de audiencias. En Twitter el hashtag #SentenciaLaPerla que llegó a ser trendingtopic global. También en los meses previos al día de la sentencia, la convocatoria se potenció con las consignas #YoVoyALaSentencia y #VamosALaSenten-cia que circuló a través de cientos de videos en las redes.
La jornada transcurrió desde los estudios de radio y televisión instalados en el camión-móvil que puso a disposición la Defensoría del Público de la Nación, lo que permitió producir una programación con la calidad técnica indispensable para sostener una transmisión de estas características. Por sus micrófonos pasaron actores directos del pro-ceso judicial, como los fiscales Facundo Trotta y Virginia Miguel Carmona, los abogados querellantes Claudio Orosz y Lyllan Luque, referentes de los organismos de derechos humanos, del ámbito cultural y autoridades locales. Además, hubo micrófono abierto desde el escenario montado en las afueras de Tribunales, desde donde se escucharon las voces de testigos y referentes de los organismos, quienes emocionaron a las miles de per-sonas congregadas para este día histórico, además de seguir minuto a minuto la lectura de la sentencia que el presidente del Tribunal Oral Federal 1 Jaime Díaz Gavier leyó du-rante casi dos horas. Fue una experiencia que ya se puso en práctica en juicios de lesa humanidad anteriores, una Cadena para la Condena colaborativa y en red. En definitiva una experiencia para seguir replicando.
Colaboraciòn nota: Agostina Parisì, redactora en Será Justicia