![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-foto-ppal-horiz-540x240/public/ayotzi8_0.jpg?itok=fGKq-8dC)
Desde México a Córdoba, Paula Mónaco Felipe nos presenta su libro “Ayotzinapa, horas eternas". Un libro que reconstruye y relata la desaparición de 43 estudiantes normalistas y el asesinato de tres, ocurrido en Iguala los días 26 y 27 de septiembre de 2014. El libro es también una crónica de lo que pasó después, de lo que vivieron sus familias: la búsqueda, la lucha, la incertidumbre, la organización y las memorias.
En esta nota compartimos un fragmento de la presentación que hizo la periodista y militante de H.I.J.O.S. el 3 de marzo en el Centro Cultural España Córdoba, y los invitamos a las próximas presentaciones: el martes 29 de marzo en la Medioteca de la ciudad de Villa María y el martes 29 a las 17 hs. en el Auditorio Hugo Chávez (Pabellón Venezuela de la FFyH) en Ciudad Universitaria.
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi7.jpg?itok=ignoXM-0)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi1_0.jpg?itok=Js3YvGXH)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi2_0.jpg?itok=K4UVj5r6)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi3_0.jpg?itok=x5hjF4T3)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi4_0.jpg?itok=5lkuCBm2)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi5_0.jpg?itok=8HvijEmG)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi6_0.jpg?itok=8IxmjORd)
![](https://apm.gov.ar/sites/default/files/styles/patron1-bajada-260x140/public/ayotzi9_0.jpg?itok=sZplUVMe)
Este libro quiere dejar constancia de lo que ocurrió en Iguala los días 26 y 27 de septiembre de 2014 así como de los siguientes 364 días vistos desde ojos y corazones de víctimas y sobrevivientes. Es su verdad, una verdad callada y ninguneada siempre por relatos oficiales del gobierno. Este texto es para ellos pero también para nosotros, que somos los mismos, porque como dice la antropóloga Marta Lamas, “Ayotzinapa nos pasó a todos”. En México, a todos nos aplastó esa noche.
¿Por qué hablar en Córdoba de lo que ocurrió a miles de kilómetros, en un país del que muchos conocemos poco más allá de la cara aséptica que muestran playas paradisíacas y hoteles cinco estrellas?
Creo que el caso Ayotzinapa es un espejo. Nos devuelve una imagen del México que muchos intentan no se vea y otros eligen no ver:
-como los padres de los normalistas, el 46% de la población vive en la pobreza y 8 de cada 10 habitantes sufre alguna carencia.
-como aquí, la violencia e impunidad se han transformado en una realidad aplastante, que parece imposible de derrotar.
-como se hace patente en Iguala, en muchos lugares ya es difícil dividir quién es narco y quién gobierno, mezclados y fundidos en lo que expertos llaman “crimen organizado” aunque el profesor Edgardo Buscaglia alerta que la cosa está peor: “es una mafiocracia”.
En México no hay sólo 43 desaparecidos: cerca de mil hombres y mujeres con participación política fueron desaparecidos forzadamente desde 1969 a los años noventa sin que se conozca su destino y mucho menos que alguien haya sido condenado por esos crímenes de lesa humanidad. Además, hay cerca de 30 mil desaparecidos desde 2006 a esta parte; sí, 30 mil, ese número que tiene especial significado en Argentina.
Aquí fue en dictadura, en México ocurre en democracia. Aquí estamos sanando las heridas de la mejor forma posible, con justicia, mientras allá la cifra del horror se engrosa día con día. Como los de Ayotzinapa, decenas de miles de padres, madres y hermanos viven en la angustia que implica saber que sus seres queridos no están ni vivos ni muertos. No duermen en Nuevo León, tampoco en Veracruz; buscan fosas clandestinas en Coahuila y Tamaulipas mientras las mujeres son el blanco predilecto en el Estado de México y asesinan a familias enteras en Michoacán. Gran parte de la sociedad mexicana parece estar acostumbrada a contar asesinados, desaparecidos, levantados. ¿Podemos acostumbrarnos a tal tragedia?
También desaparecidos y asesinados se cuentan por miles en Guatemala, Honduras o la devastada El Salvador. Es imposible comparar países, inútil y manqueo, pero en cualquier lugar, las historias, voces y rostros pueden ayudarnos a ser más humanos, a indignarnos y que el horror no sea ley. Como alguna vez nos dijo a los H.I.J.O.S. el querido Eduardo Galeano: “tenemos que ser más indignados que indignos”.
Contacto: www.paulamonacofelipe.com | @monacofelipe