Puesta en valor de los Sitios de Memoria de Córdoba

Los Espacios de Memoria de Córdoba (Archivo Provincial y Sitio Ex D2, La Perla y Campo de la Ribera) están ubicados en lugares y edificios alejados uno del otro en la geografía del gran Córdoba. Cada uno con sus particularidades, fue parte del circuito represivo durante la última dictadura cívico militar e incluso en meses previos al golpe del 24 de marzo de 1976.
Desde la sanción de la Ley 9.286, por la cual se creó el Archivo Provincial de la Memoria y la transformación de los excentros clandestinos de detención D2, La Perla y Campo de la Ribera en Espacios de Memoria, el trabajo de recuperación edilicia estuvo entre las prioridades teniendo en cuenta su deterioro pero también las modificaciones, en algunos casos, infringidas por los represores para evitar que sobrevivientes pudieran reconocer el lugar donde habían sido detenidos y torturados.
Camila Iglesias, Natalia Ferrero y Pablo González fueron los profesionales encargados de realizar los proyectos arquitectónicos de puesta en valor de los Sitios y que el Gobierno de la Provincia de Córdoba refrendó en un convenio que destinará una primera etapa, de 15 millones de pesos. La iniciativa contempla la restauración y refacción de salas para muestras permanentes y transitorias, y la restauración de fachadas y pinturas. También se realizarán tareas de mantenimiento en general, curado de cubiertas, acondicionamiento climático y obras de infraestructura, tales como cloacas, sanitarias y de agua, entre otras.

¿Cómo se pensaron los proyectos teniendo en cuenta las necesidades de cada sitio?
Hay que aclarar que esta puesta en valor no comenzó ahora con el impulso de la provincia, sino que empezó luego de acceder a la conquista de los lugares ahí comienza un trabajo que es un proceso que es colectivo además, no es solo de algunos profesionales, sino que colectivamente con sobrevivientes, visitantes, gente que va opinando sobre los lugares o va trayendo testimonios. Sobre esos entonces se va construyendo un sentido sobre cada lugar. Lo importante es rescatar la identidad de cada lugar, que tiene que ver con el lugar donde está situado, el entorno social, lo que pasó en la época de la dictadura. Y además, quienes visitan los sitios van modificando la propia mirada de "como" uno cuenta lo que sucedió en estos lugares y que otras temáticas puede trabajar. En la época de la dictadura cada sitio tenía su rol, y hoy también, cada sitio tiene un dispositivo, una forma y necesidades diferentes. 

¿Cuáles son esas características particulares que la puesta en valor busca resguardar?
El Archivo Provincial de la Memoria tiene la doble función de Archivo de documentos y de Sitio de Memoria, la Ribera tiene el museo de sitio y sus oficinas de trabajo (investigación, cultura, comunidad, etc)  funcionan en una edificación autónoma. Mientras que la Perla cuenta con su museo de sitio, pero además muchas edificaciones fueron creadas en la dictadura; no así Ribera que era un casco de estancia o el Archivo que eran tres edificaciones de fines de siglo XVIII y XIX, donde siempre fue sede policial desde 1930 hasta 2007.

A la hora de encarar el proyecto concreto ¿cómo se trabaja con las continuidades y rupturas de esos espacios, donde por ejemplo en La Ribera fue cárcel militar, centro clandestino y una escuela?
En la Ribera resulta interesante la amalgama con el entorno social que la rodea de barriadas populares entonces lo interesante es que eso modifica la cuestión programática del Espacio de Memoria y lo distingue de los otros sitios. Entonces para hacer el proyecto de manera colectiva con el equipo de trabajo de CLR hicimos hincapié en cómo dividir el área de trabajo con lo publico cercano, y ahí surgió darle preeminencia al Salón de Usos Múltiples, el acceso a la biblioteca y aparte el sitio con su propuesta museográfica que fue donde funcionó el excentro clandestino y la escuela.
En el APM hicimos algunas intervenciones en 2007 y 2008 para dividir el área de trabajo del museo de sitio. Eso requirió un trabajo colectivo de investigación cruzándolo con lo espacial para detectar donde efectivamente había funcionado el centro clandestino en sus distintas épocas y otra parte de la casona donde corroboramos que no funcionó el CCD están las áreas de trabajo relacionadas con la digitalización y conservación de documentos de archivo. Ese trabajo es prioritario en el lugar y la sala que alberga esos documentos ya ha quedado chica, entonces trabajamos específicamente en un proyecto para alojar los documentos una especie de contenedor para alojarlos.
Mientras que en La Perla, se priorizó recibir a la gente de manera más cómoda, refaccionando la recepción y principales accesos. También se hizo hincapié en el comedor y área de servicios, y se planteó acondicionar un espacio destinado al trabajo del área de Pedagogía. Y en una segunda instancia surge la necesidad de completar la infraestructura del NAC (sanitarios) que quedó sin hacerse.

El equipo de arquitectos de los sitios ¿participará de su ejecución?
Es la idea. Participar de alguna manera como garantes del proyecto para que se lleve adelante de la manera en que fueron pensados de manera colectiva y sobre todo de la calidad de la obra para que se haga lo que está estipulado. En estos momentos se encuentra en el armado de los pliegos para llamar a licitación. En el APM se abocará a este proyecto del contenedor de documentos, mientras que en la Perla y Ribera en una puesta en valor de algunos lugares específicos.