01. EL JUICIO

Primer día. Esa mañana comenzó temprano. Diferentes grupos de amigos, viejos compañeros, militantes de organizaciones, madres se concentraban en distintos puntos aledaños a Tribunales Federales. Adentro, en la sala contigua a la de audiencias, madres, hijos, familiares, funcionarios políticos, y periodistas se preparaban para ingresar y dar comienzo al juicio histórico.

“De pie”, se escuchó. Era la marca que avisaba el ingresó del Tribunal. “Te llegó la hora”, gritó un familiar. Luego, los fotógrafos ingresarían, uno detrás de otro, hasta el sector donde se sientan los imputados. Y allí una imagen que no dejaría de causar impresión a lo largo del juicio. Menéndez y sus “dignos subordinados”, como el los llamó, fotografiados en el banquillo de los acusados. Inmóviles, recibiendo los flashes, como en exposición.

Segundos después, los oídos se prestan para escuchar la acusación. Privación ilegítima de la libertad… había un tacho con agua sucia… estuve horas con la picana… las vendas… nos sacaban a la noche… La lectura de estos relatos podían tornarse por momentos repetitivas, pero nunca dejaban de impresionar. Menos cuando podía mezclarse con los sonidos de fondo que traspasaban las paredes y llegaban desde la calle. “Aquí se queda la clara, la entrañable transparencia de tu querida presencia”, coreaba la gente que afuera se había reunido.

Esta crónica fue publicada en el Diario de la Memoria Nº 2.