07. La navidad en La Perla

Así, entre suspiros, Susana Sastre relató una navidad detenida en la perla: “Por la tarde Acosta, Manzanelli y otros vinieron a saludarnos y les dieron permiso a la guardia para que nos dejara juntarnos. Nos trajeron pan dulce y bebidas. Mientras tanto torturaban a Falik de Vergara. La guardia llevó un grabador y puso música…yo al final baile un chamame con Di Toffino. Al principió no tenía ganas de nada y Tomás (Di Toffino) vino a convencerme y me dijo: Este es un momento de vida, no sabemos si mañana lo vamos a tener. Después otro compañero cantó “Uno vive lleno de esperanzas”. “Estábamos tan cerca y tan lejos, porque La Perla está a 20 metros de la ruta. Nosotros podíamos escuchar, pero nadie podía escucharnos a nosotros”, expresó trasmitiendo la desesperación y resignación que provocaba la situación.

08. El papagayo subversivo
Cuenta que una vez detuvieron a una pareja que tenían un papagayo que estaba con ellos al momento del secuestro, y lo llevan también a La Perla. “Estaba parado en la puerta del baño. El papagayo hablaba y cuando alguien llamaba a la guardia, el repetía. El papagayo quedó mucho tiempo en la cuadra, aún después de que sus dueños habían sido trasladados”, relata. Recuerda haber visto a Tito Yornet, detalla el lugar donde estaba ubicado en La Perla, y expresa “era muy simpático, siempre saludaba aunque no te conociera”. Mientras ella recordaba, muy cerca se encontraba el hijo de Tito como ayudante de la querella, quien sigue escuchando como si hablaran de tantos otros detenidos en La Perla. Al otro día, en la inspección ocular, irá en silencio, sin que nadie lo note, al lugar donde Sastre dijo: “Allí estaba Tito”. 

09. Sólo 12 días. 
Por la tarde, continúan las declaraciones. Ni aquellos relatos más detallados, sentidos, llorados, sufridos, permiten tomar dimensión real de lo que fue la experiencia de pasar por La Perla. Llega el turno de Ana Mohaded. Ana es secuestrada en la plaza Jerónimo del Barco junto a su compañero Hugo Basso. Desde allí, son trasladados a La Perla. “Me golpeaban y me agredían; me preguntaban ¿vos sabes dónde estás? ¿y Quiénes somos? Somos del comando Libertadores de América. Estas secuestrada nadie puede saber dónde estás. Tenemos el apoyo legal, pero somos ilegales”, recuerda. Ana Mohaded pasó por todos los Centro Clandestinos de Córdoba, La Perla, La Ribera, la D2, la cárcel de San Martín y finalmente el Buen Pastor. Su testimonio es relevante para dar cuenta de la existencia de varios Centros Clandestinos de Detención y además es la única que afirma haber sido sometida a un consejo de guerra, bajo condiciones de secuestro y tortura. Los relatos sobre cada traslado de un Centro Clandestino a otro, y los consejos de guerra, son escalofriantes por la tortura a la que era sometida. Desde los insultos y golpes, hasta los simulacros de fusilamientos. Ana ha hecho un gran esfuerzo por recordar durante 32 años, y no quiere desaprovechar este momento. “Me preparé para memorizar por treinta años. Me dije algún día vamos a salir y lo vamos a contar”. Ese día, pudo nombrar y recordar las voces y nombres que trajo de La Perla. Al finalizar su testimonio, Ana pide un minuto de silencio por todos los que quedaron en la perla. “Quiero quedarme acá, en silencio, durante un minuto: por los hombres, niños, y mujeres que murieron en La Perla” sostiene.

 

Esta crónica fue publicada en el Diario de la Memoria Nº 2