Una de las audiencias contó con el testimonio de Luis Eduardo Duhalde, Secretario de Derechos Humanos de la Nación, quien en su libro, Estado Terrorista Argentino, plantea la hipótesis de la existencia de un “Plan sistemático y generalizado de exterminio de opositores políticos”. Duhalde, explica su posición a partir de datos concretos, menciona que en Córdoba la represión apunta a las organizaciones de trabajadores. Dicho plan, afirma Duhalde, tenía su correlato económico y social en la desaparición del Estado hacia una economía de libre mercado y la devastación de los lazos y la participación social. Aquí el Dr. subraya una característica del proceso que fue la de negar la detención clandestina y desaparición de personas, y al mismo tiempo dejarlo trascender a modo de amenaza y terror, cumpliendo con un fin de “disciplinamiento social”. Otra prueba de la existencia de este plan es la vinculación y coordinación entre los diferentes cuerpos del ejército y centros de detención. El testigo hace hincapié en dos datos. Por un lado, los procedimientos de tortura y las condiciones de cautiverio: aislamiento, venda o capucha, encadenamiento, eran comunes a todos los centros de detención lo cual, marca una coordinación minuciosa. Y por otro lado, las técnicas aplicadas no eran azarosas sino aprendidas y estudiadas mundialmente teniendo como eje la experiencia del ejército francés en la guerra contra Argelia.
También brinda testimonio, María Victoria Roca quien estuvo detenida en La Perla, brutalmente torturada, “Veía un montón de rostros. Parecía un circo romano”, recuerda. Por otra parte, puso de manifiesto de qué manera la impunidad de los crímenes de la dictadura continuo después de instalada la democracia. Desde que a fines de 1978, María Victoria pasó de su detención ilegal en La Perla a lo que los militares denominaban libertad, siempre recibía una carta, un llamado telefónico que le hacía revivir nuevamente su calvario. Amenazas a ella, a su esposo y sus hijos, con la violencia de la impunidad y la burla. “No pudimos sacarnos esto de encima, nunca”, explica María Victoria y muestra ante el tribunal, una carta recibida el 20 de julio de 1998, cuyo remitente era el Centro Educativo La Universidad, La Perla 5101. Esta carta recibida, tras quince años de democracia, se la enviaban con el fin saludarlos por el día del amigo y advertirles que cuidaran mucho su salud y sus hijos.
María Victoria, quería olvidar y por eso sentía que todo eso no le había ocurrido a ella sino a otra persona. Después de 30 años, reconstruye lo vivido y le parece “que hubiera sido ayer”.
Crónica publicada en el Diario de la Memoria Nº 2