Después de una larga jornada ocupada íntegramente a la lectura de la requisitoria de elevación a juicio, la fría mañana del miércoles, segundo día de audiencia del juicio oral, comenzaba a tomar forma en el primer piso de Tribunales Federales. Poblado de periodistas, referentes sociales y representantes de los organismos de derechos humanos, el hall de la Sala de Audiencias daba cuentas de la palpable expectativa que se respiraba en el lugar. No era para menos: estábamos a minutos del comienzo de la instancia preliminar del juicio; esto es, el momento anterior a la instancia testimonial donde tanto la Defensa como la Querella pueden plantear sus objeciones relativas a la elevación a juicio y, a la vez, tienen la potestad de presentar nuevos elementos probatorios que no hayan sido incluidos en la instrucción de la causa.
A poco de comenzar la audiencia se hicieron presentes en el lugar Juan Puthod y Martín Labrau. Puthod es testigo clave en la causa que investiga los crímenes cometidos en el circuito de Campana y director de la Casa de la Memoria de Zárate. Hace un mes fue secuestrado y liberado un día después. Labrau también es militante de derechos humanos y fue amigo de la infancia de Humberto Brandalisis (ver “Voces del juicio”)
El principio del fin
Apenas iniciada la instancia preliminar, las estrategias unificadas que planteó la Defensa quedaron claras: deslegitimar el juicio tanto política como jurídicamente para forzar su anulación o su retraso; e imposibilitar la inclusión de cualquier tipo de nuevas pruebas propuestas por la Querella que pudieran perjudicar a los imputados.
En primer lugar la Defensa, a través del defensor público Dr. Máximo Liva y del polémico abogado co defensor de Acosta, Dr. Jorge Agüero, (famoso por sus proyectos para crear grupos civiles armados e impulsar la autonomía de Córdoba, entre otras propuestas) recusó al juez vocal Dr. Carlos Otero Álvarez, secretario de juzgado al momento de producirse los hechos investigados, por considerar que al tener un pedido de juicio político por parte del secretario de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba, no podría garantizar imparcialidad en sus decisiones.
El fiscal general Dr. Maximiliano Hairabedián rechazó esta objeción por extemporánea y recordó que anteriormente había sido la querella quien había recusado a Carlos Otero Álvarez, pero a partir de una interpretación diametralmente opuesta. Por esto, argumentó que el pedido de recusación de la Defensa sólo buscaba dilatar el juicio. En el mismo sentido se pronunciaron los abogados querellantes Claudio Orosz y Martín Fresneda.
Por su parte, la defensora oficial Dra. Mercedes Crespi presentó una protesta, entendiendo que el tribunal desconoció los problemas de salud de los imputados Vega y Lardone al obligarlos a presenciar la sesión.
Ante esta protesta, el abogado Orosz recordó que la Querella siempre se ha manejado “con la ley y la Constitución en la mano” y “sin sed de venganza”, y que por esos motivos pidieron el “constante control médico a los imputados”, que fueron contundentes sobre el buen estado de salud.
Libro de guardia
Entre los aportes más importantes de la jornada estuvieron dos nuevas pruebas presentadas por los abogados querellantes Fresneda y Orosz. Éste comunicó que les fue notificado el pasado 21 de mayo que, en el marco de la causa “Averiguación de enterramientos clandestinos período 1976/1983”, se encontraron rastros de sangre humana en una sala de tortura del centro clandestino de detención “La Perla”. Estas muestras son lo suficientemente importantes como para que se realice un estudio de ADN, y por ello podrían constituirse en una prueba de peso para la causa.
En tanto, Martín Fresneda presentó como prueba un registro del libro de guardia de 1977 de la Seccional de Policía Nº 11, que contiene información que probaría la participación de militares en los hechos investigados. Un documento obtenido a partir del trabajo del Archivo Provincial de la Memoria.
La solicitud por parte de la Querella para que estos documentos se incorporen al juicio, contó con el apoyo de la Fiscalía que, a través del fiscal coadyuvante Fabián Asís, consideró que las nuevas pruebas presentadas eran manifiestamente útiles y debían ser incorporadas. Por su parte, la Defensa argumentó que carecían de validez y no debían ser incluidas en la causa.
Finalizada esta instancia, el tribunal dictó un cuarto intermedio de cinco horas para analizar todas las objeciones y los nuevos elementos probatorios. Saliendo de la sala alguien comentó: “¿Qué son cinco horas? Nada. En 30 años, cinco horas no son nada”.
Al regreso del cuarto intermedio, el Tribunal hizo conocer la decisión sobre las recusaciones y presentación de pruebas que respectivamente habían planteado la Defensa, la Fiscalía y la Querella. En primer lugar, fue negado el pedido de recusación del juez Carlos Otero Álvarez lo que permite que el juicio siga adelante. También fueron desestimados los planteos de la Defensa basados en el estado de salud de los acusados Vega y Lardone. Por último, el Tribunal aprobó la incorporación de las dos nuevas pruebas presentadas por la Querella.
Una vez expedido el Tribunal sobre las requisitorias presentadas por las partes y asegurados los carriles institucionales, el juicio continuó su curso. El presidente del Tribunal, juez Jaime Díaz Gavier, interrogó a los acusados sobre su identidad, condición actual y recorrido de su carrera al servicio del Ejército. El mismo magistrado puso en conocimiento a cada uno de los acusados, de los cargos que se les imputan. A Menéndez, por tener el control, conocimiento y responsabilidad de los hechos caratulados como: Hecho 1; Privación Ilegítima de la Libertad Agravada. Hecho 2; Aplicación de Tormentos Agravado. Hecho 3; Homicidio Agravado. A Manzanelli, Díaz, Padován y Lardone como co autores (ejecutantes) de los tres hechos. Y a Rodríguez, Acosta y Vega, por responsable (el primero) y co autores (los dos últimos) en los hechos 1 y 2.
Y Menéndez habló...
En todo proceso de estas características, una vez formuladas las acusaciones y revisadas las requisitorias de las partes, es derecho de los acusados tomar la palabra.
Declara Menéndez
Tal es su derecho, como así también el negarse a declarar sin que ello tenga incidencia en la presunción de inocencia que tiene todo acusado, hasta que se demuestre lo contrario.
Seis de los imputados repitieron a su turno el párrafo sugerido por la Defensa: “Niego los cargos y me declaro inocente de todos y cada uno de los hechos que se me imputan. Me reservo el derecho a declarar”. Jorge Acosta, luego de consultar con sus abogados defensores Cuesta Garzón y Agüero, negó los cargos alegando que al momento de producirse los hechos, no se encontraba “destinado al Tercer Cuerpo de Ejército”.
Pero Menéndez, Luciano Benjamín Menéndez, comandante en jefe del Tercer Cuerpo de Ejército cuando ocurrieron los delitos que se le imputan, habló: “Me niego a declarar porque estos juicios son inconstitucionales. La Constitución Nacional dice que ningún habitante puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni sacado de los jueces que designaba la ley antes de los hechos. La ley vigente cuando la subversión marxista inició el asalto armado a nuestra patria era la ley 14.029, el Código de Justicia Militar. Ella designaba como mi juez natural al consejo supremo de las Fuerzas Armadas. Por lo tanto, con todo respeto, el Tribunal que me citó, es incompetente”.
Y sobre el final de su discurso, concluyó: “No declaro pues, como no lo he hecho ante nadie que no fuera mi juez natural, a fin de ceñirme al cumplimiento de la Constitución Nacional, hoy permanentemente violada, y para no ser cómplice y facilitar a los marxistas el uso de los medios legales de la democracia, para que nos lleven al abismo de la ilegalidad y la tiranía. El nuestro es el primer país en el mundo en que los compatriotas juzgan a sus soldados victoriosos que lucharon y vencieron por y para ellos. Es incomprensible que las instituciones de la república, para las cuales luchamos, y persisten porque triunfamos nosotros, nos juzguen hoy, para regocijo, y peor, para facilitar el éxito de quienes quisieron y quieren destruirlas y quieren reemplazarlas por su burdo remedo comunista”.
Hoy, la defensa de un país y la elección de una forma de vida, sostenida en una sociedad democrática, empuja la realización de este juicio como un camino hacia la verdad y la justicia.
Luego de las declaraciones de los acusados, el Presidente del Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo martes 03 de junio a las 9:30, donde se comenzará a escuchar la palabra de los testigos.
El clima tenso que se vivió en la Sala de Audiencias contrasta con la pintoresca noticia de que otra vez ha nevado en la ciudad de Córdoba. También nevó en La Perla. Afuera amenaza un frío cortante. Pero no más que otras veces, en peores tiempos.
Por Leandro Groshaus, Gino Maffini y Ariel Orazzi.
Esta nota fue publicada en el Diario de juicio, publicación digital realizada por H.I.J.O.S. Córdoba con la colaboración de periodistas independientes.