“Cadena perpetua y cárcel común”
Entrevista a Juan Enrique Villa.
Por Katy García *
Para Juan Enrique Villa, ex dirigente sindical y actual miembro de la Comisión Provincial de la Memoria, los trabajadores organizados “fueron el sector más castigado por la dictadura militar”. Sus compañeros, Pedro Ventura Flores, Hugo Alberto García, Adolfo Ricardo Luján, José Antonio Apontes, Víctor Hugo González, Guillermo Abel Pucheta y César Jerónimo Córdoba, permanecen desaparecidos.
Villa (60), uno de los miles de obreros industriales que venían del interior a buscar un destino mejor en la ciudad, formó parte de las experiencias sindicales más ricas de la historia del movimiento obrero cordobés. Fue secretario general del Sindicato de Motores Diesel Livianos (Perkins) hasta el 24 de marzo de 1976, que es intervenido por la Aeronáutica. En los setenta, el gremio formó parte de la CGT- Combativa, liderada por Agustín Tosco y Atilio López.
En la última etapa, antes que se viniera la noche, participaba en la Mesa de Gremios en Lucha, junto a una importante cantidad de gremios. Estuvo preso en democracia -antes del golpe-, y pudo salvar su vida huyendo de un lugar a otro. Cuando fallece su padre –en 1977- no pudo asistir al velatorio porque apenas llegó a Cruz del Eje le avisaron que lo estaban esperando. En diálogo con el Diario
del Juicio, comentó que los cuadros sindicales, desde activistas a dirigentes fueron diezmados durante la dictadura y que las consecuencias “están a la vista”. Evaluó, además, que Luciano Benjamín Menéndez y demás represores deben cumplir su condena en “cárceles comunes”.
- ¿La clase trabajadora fue la más perseguida por el terrorismo de Estado?
- Ellos golpearon fuerte. Un estudio (1) que hicimos con Esteban Carranza, muestra que
de cada 100 detenidos, 30 eran obreros fabriles, 21 estudiantes secundarios o universitarios, 18 empleados, 10 profesionales, seis docentes de distintos niveles, cinco autónomos, cuatro amas de
casa, dos entre conscriptos y personal de seguridad, y cuatro eran actores, artistas y religiosos. Entonces, es mentira que perseguían a miembros de organizaciones armadas. Aterrorizaron a los obreros en las fábricas, incluso realizaron ejecuciones. Además, disolvieron la CGT y prohibieron los derechos constitucionales.
El 70 por ciento de los detenidos, después desaparecidos eran trabajadores. Todo estaba permitido en nombre de la “seguridad nacional”.
Lo hicieron intencionalmente, para dejarnos por un buen tiempo, como pasa ahora, sin reacción. Nos llevaron los mejores cuadros políticos y sindicales, formados en la solidaridad, que luchaban para alcanzar una sociedad más justa.
- ¿Se conocen casos de secuestros y desapariciones de obreros que no hayan sido denunciados?
Sí, precisamente desde la Comisión Provincial de la Memoria estamos trabajando en el tema. Hay un sinnúmero de familiares que se están acercando ahora y que por temor no lo han hecho antes.
-¿Qué significa para usted este primer juicio -causa Brandalisis- que sentó en el banquillo de los acusados a Menéndez y otros represores?
En el marco de este juicio, no solo pedimos que los culpables de crímenes de lesa humanidad sean condenados a cadena perpetua, sino que cumplan la condena en cárceles comunes. Creo que estos juicios deben seguir y habrá que ver qué corresponde jurídicamente.
La Perla, fue el mayor centro clandestino de exterminio del interior y eso se confirmó por los testimonios de este juicio. Pero hay que dejar en claro que no solo fueron los militares. Acá
participaron todos. El papel de la Iglesia fue muy triste, al igual que la actuación de la Justicia y otros sectores que impusieron este modelo económico neoliberal.
- Pasaron 32 años y hay gente que sigue diciendo “algo habrán hecho” ¿Cuál es su pensamiento al respecto?
Quienes hemos vivido esa etapa, buscábamos una distribución colectiva de la riqueza. Porque cuando fabricábamos un motor, pasaba por mil manos; entonces, no era justo que todo se lo llevara la empresa y a nosotros nos tiraran las migajas. Luchábamos por mejores condiciones laborales, mejores sueldos y democracia sindical. Quienes dicen esa frase, están justificando el terrorismo de Estado.
Es avalar que por las noches-como lo hicieron- vengan 50 hombres y secuestren a una persona para después torturarla y asesinarla. Nosotros decimos: Nunca más terrorismo de Estado.
Pero, es verdad que en algo andábamos: peleábamos por un país más justo.
(1) Preservar la memoria, trabajo realizado en homenaje a los desaparecidos del gremio por Juan Enrique Villa y Esteban Carranza, ex secretarios general y adjunto del sindicato de Perkins.
*Periodista