Atrás quedaban los nervios, ansiedades, e incertidumbres. En este segundo día de audiencia, se desarrolló el momento anterior a la etapa testimonial, donde tanto la defensa como la querella pueden plantear sus objeciones relativas a la elevación a juicio y, a la vez, tienen la potestad de presentar nuevas pruebas. Así lo hizo la querella que pidió la inclusión de dos pruebas nuevas. Una, tenía que ver con rastros de sangre encontrados en las paredes de La Perla, trabajo que lleva adelante el equipo de arqueólogos del Museo de Antropología, quienes actúan como peritos de la justicia.
La primera audiencia que juzga a ocho represores entre civiles y militares por los asesinatos de los militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), Hilda Flora Palacios, Humberto Brandalisis, Carlos Lajas y Raúl Osvaldo Cardozo, ocurridos entre noviembre y diciembre de 1977, comenzó esta mañana en la sala Díaz Bialet, ubicada en el primer piso de Tribunales Federales, en Barrio Rogelio Martínez de la capital cordobesa. Los represores están acusados por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos agravados y homicidio agravado.
A horas de comenzar el juicio contra Menéndez, El Archivo provincial de la Memoria inauguró un memorial qun homenaje a los asesinados y desaparecidos de la Provincia de Córdoba. Personas que entre 1969 y 1983 fueron secuestradas, torturadas y ejecutadas por las fuerzas represivas del Estado Terrorista.
Primer día. Esa mañana comenzó temprano. Diferentes grupos de amigos, viejos compañeros, militantes de organizaciones, madres se concentraban en distintos puntos aledaños a Tribunales Federales. Adentro, en la sala contigua a la de audiencias, madres, hijos, familiares, funcionarios políticos, y periodistas se preparaban para ingresar y dar comienzo al juicio histórico.
Una pregunta a cielo abierto.
Es jueves y hay paro docente. La medida de fuerza es en reclamo de mejoras salariales, pero sobretodo es, porque el Estado de derecho les reconoce, respeta y defiende su derecho a reclamar.
“¿SABE USTED DONDE ESTÁ PARADO?”- preguntaban los cuatro carteles que sostenían integrantes del Archivo Provincial de la Memoria, el pasado 23 de mayo, cuando comenzaba el rojo del semáforo. “AQUÍ FUERON ASESINADOS POR EL EJERCITO HILDA FLORA PALACIOS, HUMBERTO HORACIO BRANDALISIS, CARLOS ENRIQUE LAJAS Y RAÚL OSCAR CARDOZO,” se marcaba al girar los carteles. Así, se sostenían en alto hasta que el verde del semáforo volvía a dar paso a los autos.
En el marco del inicio del primer juicio contra Luciano B. Menéndez, el Archivo y la Comisión Provincial de la Memoria desarrollaron dos actividades concretas en relación al comienzo del juicio. Una de ellas fue el dictado de una Clase Pública sobre los Juicios por Delitos de Lesa Humanidad, a cargo de la Dra. Lyllan Luque del Área Legal del Archivo Provincial de la Memoria.
Luego de sortear los impedimentos –la anulación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida y el indulto– que impidieron juzgar el accionar represivo del estado durante la última dictadura militar, se desarrolló este primer juicio a los responsables de los delitos y las violaciones a los derechos humanos cometidos en el Centro Clandestino de Detención y Exterminio “La Perla”.
Del 1 al 25 de junio 1978, miles de personas se reunieron para ver partidos, festejar triunfos, alentar a la selección. Mientras tanto, cientos de personas fueron secuestradas ilegalmente en sus hogares, sus trabajos, en las calles.
Córdoba fue elegida por la FIFA como sede. El 16 de mayo de 1978, dos semanas antes del Mundial, se inauguró el Chateau Carrera. Como forma de tortura y para seguir secuestrando personas, víctimas de los CCD fueron obligados a presenciar algunos partidos en ese Estadio.
La Comisión Provincial de la Memoria, expresa su más enérgico repudio por los hechos acontecidos el fin de semana pasado en el barrio comunitario “Parque Esperanza” de la localidad de Juárez Celman, con el violento e inhumano desalojo de 120 familias de un predio en el que vivían desde hace cuatro años, en un intento de cristalizar para ellos y sus hijos el derecho a un hábitat digno.