INSTITUCIONAL

En este espacio se entremezclan varias memorias y para quienes pasaron por este lugar adquieren diferentes y a veces contradictorios significados. Son el sufrimiento inflingido a los detenidos-desaparecidos, el dolor de las madres buscando a sus hijos, el ocultamiento de lo ocurrido mimetizando el lugar como una escuela y es también la alegría de los jóvenes jugando por su patio. 
Buscamos no sólo investigar lo que ocurrió aquí sino también cuestionarnos sobre porqué permitimos que esto ocurriera. Queremos que se visibilice el lugar como una manera de ingresar en nuestra memoria social, repensarnos, cuestionarnos, preocuparnos sobre qué debemos hacer como sociedad para que el NUNCA MÁS no sea solamente un deseo.

Al sitio lo circunda una condición de marginalidad acunada durante largas décadas. Es una porción significativa de nuestra sociedad que deliberadamente se ha mantenido oculta, especialmente a los ojos del Estado, tan oculta como el mismo centro clandestino de detención. Sólo se la reconoce, sólo se visualiza por sus limitaciones y nunca por sus potencialidades.
Estamos decididos a sostener y profundizar las estrechas relaciones establecidas a lo largo de años de lucha compartida entre la comunidad y los organismos de derechos humanos.

Queremos que este sea un lugar que también sirva a la dignificación de la persona, a la proyección de sus cualidades, a la solidaridad como mecanismo de relación entre los ciudadanos en definitiva, a colocar una pincelada de vida y esperanza en un sitio que alguna vez fue utilizado para destruir la vida y los sueños de un país más justo. Siempre las puertas de este espacio seguirán abiertas a toda la comunidad y muy especialmente a los jóvenes y niños porque los entendemos como el presente y futuro de un modelo de país inclusivo.